Datos personales

Mi foto
Alcorcón, Madrid, Spain

martes, 22 de noviembre de 2011

El mundo subterráneo de Madrid

Oculto bajo tierra
Madrid es una ciudad generalmente conocida por sus calles, sus parques, sus palacios... Sin embargo, hay una parte de la ciudad que pasa desapercibida para la gran mayoría de sus habitantes. Esta cara oculta de la capital de España reside en sus entrañas. Existen multitud de pasadizos y galerías subterráneas bajo las calles de la ciudad: vías de escape para reyes, túneles usados en guerras, vías de transporte, etc. El 17 de octubre de 1919 fue inaugurada la red de túneles más usada por los madrileños desde entonces hasta hoy: el Metro de Madrid. En la actualidad, más de un millón y medio de personas al día recorren el subsuelo de Madrid mediante este servicio. Sin embargo, la gran mayoría de los viajeros desconoce lo que esos oscuros túneles esconden.

Lamentos fantasmales en Tirso de Molina

Cuando comenzaron las obras de ampliación de la línea 1, en 1920, al realizar las obras de la estación de Tirso de Molina, unos obreros escucharon una serie de lamentos y gritos pidiendo auxilio, los operarios no podían dar crédito. La sorpresa fue que, al derribar el muro del que provenían los gritos, se encontraron los huesos de un cadáver.
Distintos investigadores, que acudieron al lugar donde se habían encontrado los restos, corroboraron que, donde se habían realizado las obras, antiguamente había una ermita y que ésta podría estar relacionada con los restos óseos encontrados. Los espiritistas atribuyeron los gritos a un cruel asesinato realizado en esta dicha ermita.

La estación fantasma de Chamberí

Tirso de Molina no es la única estación con cadáveres en sus entrañas. Existe otra estación relacionada con este hecho, que, sin embargo, no aparece en los mapas. Está situada entre las estaciones de Bilbao e Iglesia, en la línea 1. Se trata de una estación que componía el tramo inaugural del Metro de Madrid de 1919, entre Sol y Cuatro Caminos. Es la estación de Chamberí.
Al realizar la excavación para construir la estación, se descubrió un enterramiento de monjes, que quedó oculto tras el derrumbe de un convento situado en el mismo lugar, varios años antes. Los trabajadores decidieron depositar los huesos encontrados debajo de los andenes. Esto ha alimentado diferentes leyendas sobre apariciones espectrales en la parada.
 
La estación dejó de ser utilizada en 1966, al ampliarse los andenes de las estaciones de la línea 1, de 60 a 90 metros. Chamberí estaba demasiado cerca de las otras dos estaciones, por lo que su uso no era rentable. Desde ese día, la estación ha permanecido cerrada, atrapada en el tiempo, adquiriendo un aspecto fantasmal. Curiosamente, pese al abandono, jamás ha habido ni ratas ni arañas.
Muchos mendigos han usado esta estación para cobijarse del frío en las noches de invierno. Actualmente, la estación ha sido convertida en museo; sin embargo, la decoración continúa desprendiendo un aura fastasmal, un ambiente de otro tiempo.


El apeadero del Palacio Real

Hay otra estación fantasma con más misterio que la de Chamberí, ya que no hay mucha información al respecto. Se trata de un apeadero situado en el túnel del Ramal “Ópera-Príncipe Pío” con conexión directa hacia el Palacio Real. Según se cuenta, este apeadero sería usado como posible escapatoria para la Familia Real en caso de emergencia.
Algunos usuarios del metro declaran haber visto un saliente de hormigón dentro del túnel, situado a la altura del piso del tren, pero nadie puede asegurar que sea realmente un “Apeadero Real”. Con estos datos no se puede hablar de nada más que de leyenda urbana.
Existe también otra creencia similar sobre otro apeadero, éste para el Palacio de la Moncloa, situado en la línea 6, entre las estaciones de Moncloa y Ciudad Universitaria.


Antiguo Búnker en Cibeles

Pero no solo de Metro vive el misterio del subsuelo madrileño. Hay constancia de otras galerías subterráneas. Varias confluyen debajo de la Plaza de Cibeles. Una de ellas transcurre desde el convento de las Siervas de María, cerca de la Catedral de La Almudena, hasta el Palacio de Buenavista, situado en dicha plaza. Estos edificios eran, durante la Guerra Civil, la sede del Estado mayor del Ejército Republicano y el Ministerio de Guerra, respectivamente. Esos pasadizos eran usados por los republicanos durante la guerra para poder moverse entre estos dos lugares sin levantar sospecha.
Pero el túnel no acaba ahí. Desde Cibeles, continúa paralelo al túnel de la Risa, que une las estaciones de tren de Atocha y Chamartín, y luego discurre por la Calle Génova, por la misma sede del PP. Posteriormente, sigue hasta la plaza de Chamberí, donde permanece oculta la estación fantasma con el mismo nombre, anteriormente mencionada. Este último tramo ya existía durante la Guerra de la Independencia de 1808, cuando las tropas francesas vigilaban posibles ataques desde lo que hoy es la Glorieta de Bilbao.
Pero, volvamos a Cibeles. Bajo la fuente de la diosa, donde confluyen las dos galerías mencionadas con otra proveniente desde la Plaza de la Independencia, se haya un antiguo búnker subterráneo. Este búnker, según la leyenda, tiene acceso a una cámara acorazada situada a 36 metros de profundidad, propiedad del Banco de España, que es usada para guardar oro.
La cámara fue inaugurada en 1936. En la construcción de la cámara fue necesario desviar y entubar las aguas existentes en el subsuelo. Precisamente, esa agua canalizada se liberaría en caso de emergencia o por intento de robo, inundando la cámara.



Madrid es una ciudad cosmopolita. Una ciudad muy ajetreada sin descanso las veinticuatro horas del día. Todo se mueve a la velocidad vertiginosa de los tiempos actuales. Pero a unos metros bajo tierra se halla otra ciudad: un Madrid oculto que nos cuenta cómo vivían los madrileños de otras épocas. Muchas historias, algunas convertidas en leyenda, que permanecerán para siempre en las entrañas de la capital.


No hay comentarios:

Publicar un comentario